miércoles, 5 de agosto de 2020

DECÁLOGO PARA MEJORAR LA ATENCIÓN EN EL AULA

1.    Crear un ambiente estructurado.

Establecer normas consensuadas, fijar un horario semanal y crear una rutina  diaria de funcionamiento en el aula.

2.    Ayudar en la planificación académica.

Supervisar la agenda y recordar las tareas y las  fechas de exámenes y de entrega de actividades.

3.    Utilizar materiales adecuados.

Sacar y repasar los materiales necesarios solo antes de comenzar una tarea y utilizar esquemas, imágenes o vídeos.

4.    Organizar las tareas.

Planificar y estructurar actividades cortas y variadas, realizando las más difíciles al principio, y hacer descansos.

5.    Asegurar la comprensión de las tareas.

Asegurar la atención antes de dar la explicación, descomponer la tarea en pasos más pequeños, dar ejemplos, repetir la explicación y resumirla.

6.    Controlar el tiempo.

Establecer un tiempo para cada actividad, avisar antes de la finalización y supervisar la tarea.

7.    Aumentar los periodos de concentración.

Mantener un contacto visual frecuente, aumentar los tiempos de manera progresiva y reforzar (guiño, sonrisa) los periodos de atención.

8.    Aumentar la motivación.

Proponer actividades cooperativas, promover la participación haciendo preguntas que sepa responder y destacar las conductas adecuadas.

9.    Dar responsabilidades.

Delegar algún tipo de tarea que pueda hacer para mejorar el ambiente o el correcto desarrollo de la clase.

 No etiquetar ni juzgar los periodos de inatención.

Hacerle llegar alguna señal para reconducir la atención (llamarle por su nombre, situarse cerca) o hacer descanso.

PROFECIA AUTOCUMPLIDA. Precioso cuento (del que desconozco su autoría) que ilustra fielmente esta profecía

EL ELEFANTE

Cuando yo era chico me encantaban los circos, y lo que más me gustaba eran los animales. También a mí como a otros, me llamaba más la atención el elefante.

         Durante la función la enorme bestia hacía despliegue de su peso, tamaño y fuerza descomunal... pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario, el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo. Sin embargo, la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros bajo tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa, me parecía obvio que ese animal capaz de arrancar en árbol de cuajo con su propia fuerza, podría, con facilidad, arrancar la estaca y huir. El misterio es evidente, ¿qué lo mantiene entonces?, ¿por qué no huye?

         Cuando tenía cinco o seis años, yo todavía confiaba en la sabiduría de los grandes. Pregunté entonces a algún maestro, a algún padre o a algún tipo por el misterioso elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado. Hice entonces la pregunta obvia: Si está amaestrado, ¿por qué lo encadenan? No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente. Con el tiempo me olvidé del misterio del elefante y la estaca... y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho la misma pregunta.

         Hace algunos años descubrí que por suerte para mí alguien había sido lo suficientemente sabio como para encontrar la respuesta: El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy pequeño. Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro que en aquel momento el elefante empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo no pudo. La estaca era ciertamente más fuerte que él. Juraría que se durmió agotado y que al día siguiente volvió a probar, y también al otro y al que le seguía. Hasta que un día, un terrible día por su historia animal, aceptó su impotencia y se resignó a su destino.

         Este elefante enorme y poderoso, que vemos en el circo, no escapa porque cree que NO PUEDE.

        El tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que sintió poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro.

         Jamás, jamás... intentó poner a prueba su fuerza otra vez...

         La única manera de saber si puedes llegar a algo: ES INTENTAR DE NUEVO poniendo en el intento TODO TU CORAZÓN. 

CÓMO AFRONTAR, DESDE CASA, LA FALTA DE MOTIVACIÓN EN LAS ACTIVIDADES EXTRAESCOLARES

DECÁLOGO PARA PAPÁS Y MAMÁS (de adolescentes)

CÓMO AFRONTAR, DESDE CASA, LA DESMOTIVACIÓN EN LAS ACTIVIDADES EXTRAESCOLARES:

1.      Muestra interés por las actividades que realiza. Indaga lo que aprende, cómo se divierte y valora siempre su esfuerzo.

2.       Establece un espacio para que pueda expresar las razones por las que está perdiendo motivación o ya no le apetece ir. ¿Qué está pasando? escúchale para averiguar que hay detrás de ese cambio.

3.       Escucha todo lo que tiene que decir, ponte en su lugar y expresa tus propios sentimientos acerca de cómo te sientes tú en situaciones similares. Eso les ayuda a entender y a normalizar la situación (“es humano que, a veces, no te apetezca o que ya no te guste algo con lo que antes disfrutabas”)

4.    Revisa los motivos por lo que se apuntó a la actividad e indaga si alguno ha cambiado. Puedes hablar también con su profesor/a, seguro que puede aportarte información útil. Es importante que, antes de hablar, lo consultes con tu hijo/a y que entienda que lo haces para ayudar. Sería interesante que acudieras con tu hijo/a.

5.    Crea un listado junto a tu hijo/a de las ventajas de asistir a la actividad y de los inconvenientes de no acudir a la misma. Seguro que os da información muy valiosa.

6.     Habla de la responsabilidad a la hora de cumplir con los compromisos adquiridos como un signo de madurez y crecimiento. Además, hazle ver que cada miembro de la familia ha generado una rutina entorno a su actividad, que estáis comprometidos con ella.

7.      Establece alguna actividad que sea de su agrado como un refuerzo a su esfuerzo. Intenta hacerla después de salir de clase extraescolar.

8.   Fija un plazo razonable de tiempo para finalizar la actividad en el caso de que la  actitud siga siendo la misma. Por ejemplo, si ya habéis pagado por adelantado el mes o el trimestre. Es importante que se comprometa a realizarla, por lo menos, ese tiempo marcado.  De esta manera, intentamos que se responsabilice también, de forma simbólica, del gasto que ha supuesto haberlo apuntado.

9.   Explica que vas a apoyarlo/la y que puede contar contigo para expresar sus sentimientos al respecto.

10. Fomenta la implicación en la toma de decisiones. Puedes pedirle que aporte soluciones al problema, intentando llegar a acuerdos. Que te diga qué hará si no realiza, definitivamente,  la actividad. Recuerda que es fundamental que las actividades extraescolares se disfruten, si no, pierden parte de su sentido. 

miércoles, 5 de marzo de 2014

FORTALECIENDO MI AUTOESTIMA PARTE 1

                                     VAMOS, TÚ PUEDES
Digas lo que digas, hagas lo que hagas, pienses lo que pienses, siempre habrá alguien que no esté de acuerdo contigo. Así que, actúa lo mejor que puedas según tu juicio y tus valores. Te ayudará a enfrentar de forma más positiva las críticas.
     
Evita las comparaciones poco realistas con otras personas. Todos tenemos debilidades y talentos particulares.

Deja de imaginar los fracasos y errores del pasado. El estar repasando y reviviendo las sensaciones, pensamientos y sentimientos negativos asociados a esas experiencias, conduce sólo a infravalorarnos. Quédate sólo con aquello que te interese para no volver a repetirlo.

Revive en tu imaginación circunstancias pasadas de éxito y siente todas las sensaciones que te produjeron. Piensa en lo que hiciste para conseguirlo y repítelo.

Mírate al espejo y sonríe. La sonrisa está asociada a pensamientos positivos. Búscalos!!